Barcelona está un paso más cerca de saldar la deuda histórica con su transporte público. El Ayuntamiento de Barcelona tendrá que decidir en el plenario si acepta la propuesta para impulsar el Museo del Transporte, un espacio donde poder reunir el fondo de vehículos históricos de la capital catalana, ahora desmembrado y, en muchos casos, conservado en muy mal estado. La Asociación Coordinadora Pro Museo del Transporte de Barcelona ha conseguido las firmas necesarias para poder llevar el proyecto al consistorio barcelonés, que tendrá que posicionarse respecto a la iniciativa, que prevé ubicar el nuevo equipamiento en el antiguo Palau de Comunicacions i Transports, uno de los pabellones sobrevivientes de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Cabe recordar que este recinto de cerca de 16.000 m² y propiedad municipal acoge actualmente el palacio número 1 de la Fira de Barcelona, pero originalmente se construyó para albergar una muestra de aviones, barcos, tranvías, trenes y vehículos de todo tipo que causó furor entre los visitantes ahora hace casi un siglo.
Después de presentarse oficialmente en sociedad en febrero de 2024, la asociación decidió el pasado mes de mayo iniciar una recogida de firmas para llevar el proyecto al pleno. El consistorio pedía obtener más de 3.750 firmas para aceptar la propuesta y hacerle un lugar en el orden del día. La meta no era fácil, pero las expectativas han sido superadas con creces. En solo cuatro meses, los impulsores han alcanzado la cifra de casi 5.000 firmas. Un éxito rotundo que ahora deja sobre la mesa del Ayuntamiento el veredicto sobre el futuro Museo del Transporte y su ubicación, uno de los principales escollos que presenta la iniciativa, ya que desde la Fira no parecen dispuestos a liberar el pabellón. Sin embargo, es importante remarcar que este 2025 se termina la concesión del Ayuntamiento otorgada a la organización ferial, de modo que las instalaciones quedarían disponibles en solo unos meses para ubicar este fondo de vehículos históricos, ahora inaccesible para la ciudadanía.
«El Museo del Transporte en el Palau de Comunicacions i Transports sería un magnífico equipamiento cultural para Barcelona y, además, uno de los más importantes de Europa. Su ubicación y características permitirían que no fuera solo una exposición de vehículos antiguos, sino un espacio dinámico que haría posible llevar a cabo una gran variedad de actividades. Por las razones expuestas, entendemos que el Ayuntamiento de Barcelona debe dar el impulso definitivo al Museo del Transporte y aprobar su instalación en el Palau de Comunicacions i Transports», defienden desde la asociación en la descripción de la iniciativa. Veremos pues si el proyecto cuenta con los apoyos políticos necesarios para hacerse realidad o continúa como desde hace casi seis décadas guardado en un cajón. Por ahora, algunos grupos políticos como el PP ya se han posicionado claramente a favor. De hecho, el líder de la formación en el plenario, Daniel Sirera, acudió al acto de registro de las firmas en una de las sedes de la Oficina de Atención Ciudadana (OAC), esta misma semana.
Resolución a favor del síndico
Más allá de los apoyos políticos, la propuesta cuenta con el visto bueno nada desdeñable de la Sindicatura de Greuges de Barcelona, que en una resolución formal hecha pública el pasado mes de abril planteó al consistorio barcelonés la creación de este equipamiento para preservar y divulgar el “patrimonio histórico del transporte” y su papel en la ciudad. “Barcelona es un caso singular por la variedad de transportes públicos de que dispone y ha dispuesto a lo largo de la historia. Pero es que, además, ha sido una ciudad pionera en el ámbito del transporte”, rezaba el ente en un comunicado sobre la resolución.
