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El origen del Bon Pastor: una casa abandonada y centenaria será recuperada

Hace un siglo, el empresario químico Enric Sanchís encargó el proyecto de la casa familiar que se levantó en el paseo de Enric Sanchís, 17-25 actual, en el barrio del Bon Pastor de Barcelona, en el distrito de Sant Andreu. En ese momento, el solar formaba parte de Santa Coloma de Gramenet -municipio del cual Sanchís llegó a ser alcalde- y en 1907 ya había construido la fábrica de su industria química. En los años 30, en los terrenos, se edificaron 26 casas para los obreros, «que dieron lugar a la Barriada Sanchís«, explica el sitio web Pobles de Catalunya, la guía del patrimonio histórico y artístico de los municipios catalanes.

La casa familiar de Enric Sanchís, que murió en 1935, es el único edificio que se conserva, pero desde hace años se encuentra en un estado de abandono tal que clama al cielo. El inmueble ahora es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona y la intención es recuperarlo como equipamiento municipal. Fuentes del servicio de prensa del consistorio aseguran que la rehabilitación de la casa se hará este mandato, a través del plan de barrios, «para destinarla a usos comunitarios ligados al centro cívico del Bon Pastor». La recuperación de este edificio es una «reivindicación histórica» del barrio, reconoce el Ayuntamiento, que no ha concretado en qué momento se encuentra el proyecto, si ya se ha redactado y el costo de la transformación. «Actualmente, se está cerrando el plan funcional que se trabajó con el vecindario», añaden desde el consistorio.

La Casa Enric Sanchís, del Bon Pastor, con las ventanas tapiadas / Cedida-Luis Carmelo

Solo se podrán conservar las fachadas

Un documento del distrito de Sant Andreu de enero del 2023, al que ha tenido acceso el TOT Barcelona, indica que la parcela tiene 392 m², «aunque el planeamiento prevé la posibilidad de un edificio anexo que permitiría llegar a los 537 m² de techo». La reforma obligará a demoler las estructuras interiores y solo se podrían conservar las fachadas por los problemas estructurales que presenta la finca. El texto municipal detalla los usos más concretos que tendrá la Casa Enric Sanchís. Por un lado, la misma finca se destinará a espacios y servicios culturales asociativos y para jóvenes. Y por otro, está previsto construir un edificio anexo con salas polivalentes insonorizadas de máximo 50 m² para usos musicales. En este documento se menciona el año 2031 para ejecutar el proyecto.

Más allá de la importancia que tiene la casa, al tratarse de una finca centenaria, la construcción de la industria química a principios del siglo XX fue el origen del barrio del Bon Pastor, dice Luis Carmelo, portavoz de la asociación vecinal AVIS del Bon Pastor. Carmelo recuerda que el barrio obrero que se gestó casi no tenía servicios para la comunidad en sus inicios. Popularmente, el inmueble es conocido como la Verònica y, según el representante vecinal, una hija del empresario, que se llamaba Ramoneta, utilizó la casa familiar como escuela para los hijos de los trabajadores tras la Guerra Civil. La entidad vecinal destaca el valor de la finca en el ámbito de la memoria histórica, «ya que es representativa de la constitución del barrio».

La torre de la Casa Enric Sanchís, en el Bon Pastor, dejada de la mano de Dios / Cedida-Luis Carmelo

En abril de 1981 explotó una bomba de la Guerra Civil

Carmelo también menciona un hecho trágico que ocurrió en los terrenos de la Casa Enric Sanchís el 27 de abril de 1981. Un obús de la Guerra Civil explotó y dejó tres personas muertas, publicó entonces La Vanguardia. Al inicio del conflicto bélico, la fábrica fue colectivizada y se convirtió en una fábrica de armamento del bando republicano. Desde el primer momento se pensó que el origen de la deflagración fue una bomba que estaba enterrada, equivalente a 20 kilogramos de dinamita. Este hecho motivó que el Ayuntamiento iniciara la búsqueda de más artefactos en la zona y en barrios cercanos como la Sagrera.

Según detalla el sitio web Pobles de Catalunya, después de la guerra, la casa pasó a manos de las hijas de Enric Sanchís. En los años 60, la casa fue abandonada y a principios del siglo XXI era propiedad de 16 personas o familias y ya se encontraba en un estado de degradación muy avanzado. El Ayuntamiento se quedó con la finca a partir de la ocupación directa en el año 2019.

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