Nyap en la Barceloneta. Un gran aparcamiento de motos invade una parte del conjunto escultórico de La rosa dels vents, situado en el pavimento de la plaza de Pau Vila, detrás del Palau de Mar. Tal como se puede ver en las imágenes de este artículo, las plazas para estacionar se han instalado en medio de las letras de hierro que forman parte de la obra del escultor alemán Lothar Baumgarten, construida durante la Olimpiada Cultural de los Juegos del 92.

La escultura está formada por el nombre de los ocho vientos principales catalanes escritos en el suelo de la misma plaza de Pau Vila y sus alrededores. Las letras están incrustadas en el pavimento, son de hierro y cada una puede medir un metro. Es cierto que algunas de las letras se instalaron en 1992 en la calzada y son pisadas por los coches, pero cuesta entender que en pleno siglo XXI se ubique un aparcamiento de motos -con decenas de plazas- en medio de una obra de arte.
En la Plaza Pau Vila está la escultura Rosa dels vents (Lothar Baumgarten, 1992) de letras incrustadas en el suelo, que, vaya por donde, tiene pintado un aparcamiento de motos encima. Hace poco rehacieron la distribución de plazas esquivando las letras, pero sigue siendo un nyap igualmente pic.twitter.com/DMRQVSZiP9
— Arqcrític (@arqcritic) March 8, 2025
Denuncia a través de la red X
El 8 de marzo, el perfil @Arqcrític (Arquitectura en estado crítico) de la red X denunciaba que algunas de las letras de la escultura -concretamente las de los vientos Tramuntana y Migjorn– tienen pintado encima un aparcamiento de motos. Según Arqcrític, hace poco se rehizo la distribución de plazas, esquivando las letras, «pero sigue siendo un nyap igualmente».

La plaza de Pau Vila, donde se encuentra el aparcamiento, forma parte del Port Vell, que la promociona en su web como un espacio para publicidad estática o exposiciones. Fuentes del Puerto de Barcelona explican al TOT Barcelona que el aparcamiento se cambió hace unos seis meses «respetando las letras de la escultura». Desde el distrito de Ciutat Vella, no se ha comentado nada de la situación al tratarse de un ámbito portuario. Tampoco desde el área de Patrimonio municipal se había hecho llegar en el momento de la publicación de este artículo una valoración sobre el nyap urbanístico.
Desde la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, concretan que este aparcamiento hace un año aproximadamente que se instaló. La entidad defiende que habría sido mejor que la plaza hubiera tenido un «uso social» para eventos y actividades del barrio y encuentra «inadecuado» que se pise un elemento urbanístico-artístico.

Los nombres de los ocho vientos principales catalanes escritos en el pavimento
Los nombres de los vientos que forman parte de la escultura son, además de la Tramuntana y el Migjorn, el Mestral, el Llevant, el Gregal, el Ponent, el Garbí y el Xaloc. Parte del encanto de la obra de arte urbano es que cuesta encontrar los nombres de los vientos, ya que están muy dispersos, y se leen según la dirección del mismo viento, recoge el blog de Claudi Mans, catedrático jubilado y profesor emérito de Ingeniería Química de la Universidad de Barcelona.
El proyecto de Baumgarten forma parte de una creación artística más amplia. Inspirada en el poema Veles e Vents, de Ausiàs Marc, se inauguró el 21 de julio de 1992, pocos días antes del inicio de los Juegos Olímpicos. Es una de las piezas de Configuraciones urbanas, una exposición de arte urbano con ocho esculturas repartidas por los barrios de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera y la Barceloneta, e incluye también el Port Vell. Las otras obras son: L’estel ferit, de Rebecca Horn, fallecida en septiembre del año pasado; Balança romana, de Jannis Kounellis, y Crescendo appare, de Mario Merz. También incluye Una habitació on sempre plou, Juan Muñoz; Born, de Jaume Plensa; Quatre falques, de Ulrich Rückriem, y Deuce Coop, de James Turrell. En este proyecto, dirigido por la historiadora del arte y crítica de arte Glòria Moure, participaron seis artistas extranjeros, un madrileño y un catalán, detalla la Viquipèdia.

El abandono del patrimonio de los Juegos Olímpicos
La ubicación del aparcamiento en medio de una obra de arte de la época olímpica no es el único caso de dejadez que se tiene con el patrimonio del 92. De hecho, en la ciudad, hay casos mucho más graves. Este lunes, el TOT Barcelona informaba que el vandalismo y los robos han dejado sin esculturas muchas de las ocho fuentes ornamentales proyectadas por Òscar Tusquets y Carlos Díaz y esculpidas por Juan Bordes. Solo en Montjuïc, sobreviven tres de los pedestales a la espera de que se repongan las figuras. Por ejemplo, una de estas esculturas, Llançament, situada en una explanada de la avenida del Estadio, fue robada y troceada. Los Mossos las recuperaron en 2020 y las entregaron al Ayuntamiento. Pero cinco años después, la obra no se ha repuesto y en Montjuïc solo queda el pebetero desnudo.

También la plaza de los Campeones, en el barrio de la Vila Olímpica, lleva años totalmente abandonada y ahora la intención del Ayuntamiento es repensarla a fondo porque es «un callejón sin salida», dijo el concejal de Deportes David Escudé. Situada en el parque del Port Olímpic entre las calles del Arquitecte Sert, Frederic Mompou y Salvador Espriu, la plaza fue diseñada por los arquitectos Oriol Bohigas, David Mackay y Josep Martorell. En un primer momento, en la parte inferior, se colocaron 257 placas de bronce con el nombre de los campeones olímpicos, la prueba en la que participaron y el país de los medallistas, mientras que en la parte superior, cerca de la pérgola, se pusieron una decena de huellas de deportistas de leyenda. Con los años, el espacio ha sufrido robos y vandalismo y presenta un estado de degradación importante.

Además, en febrero de 2024, el Ayuntamiento retiró los mástiles de las banderas olímpicas instalados para los juegos del 92 en el parque del Port Olímpic. Fuentes municipales explicaron entonces que las astas se habían retirado «por seguridad», porque había riesgo de caída o rotura.
El club de tenis del Vall d’Hebron, muy descuidado
Incluso, una instalación olímpica del 92, el Centro Municipal de Tenis del Vall d’Hebron, donde se jugó la competición tenística, presenta un estado muy descuidado, con numerosos desperfectos y falta de mantenimiento, a la espera de que se haga una reforma integral. Este hecho, entre otros, motivó a principios de este año la revuelta por parte de unos 300 socios del club.




