Barcelona tiene en la Zona Franca su área 51 particular. Una nave industrial de grandes dimensiones bautizada con el nombre de A122 y ubicada en estas instalaciones logísticas de la capital catalana guarda celosamente un tesoro automovilístico que habitualmente no está abierto al gran público. Se trata de una colección de coches históricos prácticamente inédita que la compañía Seat ha ido construyendo a lo largo de los años y que contiene algunos de los ejemplares más emblemáticos de la firma catalana.
Entre los vehículos que se pueden encontrar en este tipo de museo encubierto se encuentra el SEAT 1400, el primer coche que fabricó la empresa en los 50 y que sirvió como transporte tanto para las clases adineradas que se lo podían permitir como para los servicios públicos de taxi o ambulancia. También hay una selección de los varios modelos de la compañía que han competido tanto en rally como en circuitos, prototipos que no han llegado nunca a ver la luz, un papamóvil o diferentes versiones de los ya icónicos 600, 127 o Panda.

Una demanda que desborda las previsiones
Esta atractiva muestra de una parte del patrimonio automovilístico de casa nuestra siempre ha despertado un gran interés y, cada vez que hay una oportunidad de poder acceder, la avalancha de solicitudes que recibe la firma sobrepasa las expectativas. Es el caso del 48h Open House, que este año volvía a ofrecer la posibilidad de visitar la exposición en el marco de la visita a las instalaciones de la compañía.
La actividad propuesta para esta decimocuarta edición del certamen estaba disponible durante el fin de semana del 21 al 22 de octubre bajo inscripción previa, pero, en menos de 24 horas, las plazas limitadas que se habían abierto para poder disfrutar de esta colección inédita se agotaron, dejando a muchas de las personas interesadas sin la posibilidad de admirar este museo privado. Hará falta, pues, esperar a una nueva jornada de puertas abiertas para ver este particular tesoro de la Seat.