La Torre Garcini, una de las masías mejor conservadas del territorio de Horta-Guinardó, tendrá una segunda vida. El Ayuntamiento de Barcelona ha comenzado la transformación de este espacio histórico en un centro para mayores. El consistorio tiene previsto invertir cuatro millones de euros en la reforma y en la construcción de un edificio anexo que funcionará como un espacio polivalente. La rehabilitación conservará la fisonomía histórica de la masía, que data del siglo XVIII y actualmente no tenía ningún uso. Es de titularidad municipal y está declarada Bien de Interés Documental.
«El proyecto que se desarrolla en este edificio prevé recuperar la estructura original de la antigua masía, descartando algunas piezas y construcciones añadidas, para poner en valor los elementos constructivos originales«, detalla el Ayuntamiento en un comunicado de prensa. El ejecutivo municipal liderado por Jaume Collboni admite que el objetivo principal es «habilitar un nuevo equipamiento para el barrio» del Guinardó, pero el proyecto también intenta la «recuperación de la memoria histórica de este edificio singular».

El Ayuntamiento tocará lo justo y necesario para mantener el espíritu original de la masía. En este sentido, está previsto sustituir las tejas de cerámica de la cubierta, que deben cambiarse, por las tejas originales. Las baldosas hidráulicas de los pavimentos se reubicarán en la primera planta y elementos clásicos como la chimenea o el pie se restaurarán. «El objetivo en definitiva será conservar el máximo de elementos patrimoniales», deja claro la administración.
Edificio anexo y reforma del jardín
El proyecto tiene previsto habilitar los 557 metros cuadrados que tiene la masía, que consta de una planta baja y dos plantas más. La inversión también contempla la construcción de un edificio anexo que sumará 193 metros cuadrados al equipamiento. Este segundo edificio tendrá una sala de actos y una sala polivalente para reuniones y actos más privados. La reforma se completa con la renovación de los jardines que rodean la masía histórica. El Ayuntamiento asegura que se conservará el «máximo de arbolado existente», pero diseñando al mismo tiempo diferentes áreas que permitan acoger «diferentes usos». Incorporan una visión de género, evitando zonas oscuras y callejones sin salida, y estarán «abiertos a todos».
Todo el complejo es considerado como una pieza importante de la ciudad de Barcelona por su valor arquitectónico y sobre todo histórico. La masía de Can Garcini es uno de los pocos reductos que quedan del pasado rural de los barrios periféricos de Barcelona. Los jardines han tenido actividad hasta hace poco, permitiendo el cultivo de flores que acababan vendiéndose en la Rambla.


