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Barcelona aprueba el proyecto que derriba parte de la Antiga Massana

La comisión de gobierno de Barcelona ha dado luz verde al proyecto que derribará parte de la Antiga Massana. La idea del ejecutivo es derribar las barreras físicas que separan los patios interiores de los Jardines de Rubió i Lluch y de la plaza de la Gardunya. El consistorio destaca que este nuevo paso permitirá conectar Gardunya —una de las entradas al Mercat de la Boqueria— con el recinto del Antiguo Hospital de la Santa Creu, donde el gobierno prevé generar un «polo de equipamientos culturales y educativos».

El Ayuntamiento cree que la reforma permitirá alcanzar «la máxima permeabilidad y accesibilidad» para los peatones «sin que esta desvirtúe y afecte lo mínimo posible a los edificios protegidos a través de los cuales se debe transitar». El concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, ha remarcado la importancia de las obras porque «la Boqueria debe ser el mercado del Raval y la plaza de la Gardunya debe ser una de las plazas principales del barrio».

Las nuevas obras actuarán sobre una superficie de 535 metros cuadrados y costarán 820.000 euros. El Ayuntamiento prevé que las máquinas entren en el recinto a inicios de 2026, una vez haya finalizado el periodo de exposición pública.

Desalojo polémico

Con la llegada de Collboni a la alcaldía, el Ayuntamiento aceleró el desalojo de la decena de entidades que ocupaban la Antiga Massana desde 2020. Los colectivos -que en época de Colau ya protestaron por esta reforma- habían solicitado negociar una cesión del espacio, con protestas en la calle y momentos de tensión en el pleno municipal, pero el ejecutivo quiere el recinto para nuevos proyectos. Albert Batlle, a quien Collboni ha desplazado a Ciutat Vella, insistía días antes del desalojo que no permitiría “más usurpaciones de espacios públicos”.

El 28 de enero, una operación relámpago culminó el desalojo. No sin momentos de tensión. Agentes de la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana golpearon con las porras a varios manifestantes en la plaza de la Gardunya, que estaba blindada por un amplio dispositivo policial para evitar incidentes.

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