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Así era la estación de tren que hacía de frontera entre Barcelona y la Gràcia independiente

En agosto de 1882 se inauguraba el apeadero de Provença, una pequeña estación de ferrocarril en superficie ubicada en el cruce de las calles Provença y Balmes, justo antes de cruzar la frontera entre Barcelona y la Vila de Gràcia, independiente desde el año 1850. La estación nacía para dar respuesta a un volumen creciente de pasajeros que utilizaban el tren de Sarrià, que circulaba en superficie por la calle Balmes y unía la capital con Sarrià, también municipio independiente. La población del Eixample se había disparado y la movilidad entre municipios fronterizos también. Provença fue el primer añadido al trayecto que, al inicio, tenía cuatro puntos de parada: la actual Plaça Catalunya, Gràcia, Sant Gervasi y Sarrià.

El apeadero de Provença alrededor del año 1925, en medio de la calle Balmes

De apeadero a nudo de comunicaciones

Casi medio siglo después de su inauguración, la compañía ferroviaria hizo una apuesta que marcaría para siempre el futuro de Provença como estación. En 1929 se soterró el apeadero, y ese fue un paso decisivo para comprender la importancia de la estación hoy, por donde pasan más de 3 millones de pasajeros cada año. Ese soterramiento permitió el paso de todos los trenes, tanto los de Ferrocarrils de Sarrià como los de Ferrocarrils de Catalunya -que unía Barcelona con el Vallès-, y dio una nueva dimensión a aquel pequeño apeadero. Entonces, Gràcia se convertiría en una estación metropolitana, que se consolidaría tres décadas después cuando se abre el tramo hasta la estación de Avinguda Tibidabo y Reina Elisenda. Por su parte, Provença da un gran salto en 1969: se construye el vestíbulo de la estación de Provença bajo la intersección de las calles Balmes y Rosselló y el pasillo que, desde este vestíbulo y por debajo de la calle Rosselló, une la estación de Provença con la del Metro Diagonal, donde están las líneas L3 y L5.

Más cambios de fisonomía hasta hoy

En la década de los noventa, se reforma parcialmente la estación, que ya tiene el nombre catalanizado, alargándola por el lado inferior y renovando el vestíbulo bajo la calle Provença. Y en 2010, tras tres años de obras, se inaugura la ampliación de vestíbulos y la creación y ampliación de los enlaces con la L3 y L5. Finalmente, el último cambio de fisonomía llega en 2019, cuando se completa la ampliación de un tramo de andén dirección Sarrià y nuevo acceso desde el área ampliada hacia el vestíbulo.

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