Nuevo hallazgo en el marco de las obras de la Rambla. Los trabajos han sacado a la luz un tramo de casi cincuenta metros de la muralla medieval del siglo XIV. El hallazgo se ha hecho en el sector de Santa Mónica y los arqueólogos han podido documentar una estructura de una anchura de 2,9 metros y que cuenta también con una torre pentagonal de 8,32 por 4,21 metros. Estos restos confirman la presencia de un foso en este tramo de la defensa de la ciudad y también aportan información sobre las riadas que antaño afectaban esta zona de la capital catalana.
Las excavaciones comenzaron el pasado mes de julio en la zona central del paseo y han consistido en una combinación de trabajo mecánico con sondeos manuales. El objetivo era poder estudiar la cimentación de la muralla y la estratigrafía arqueológica. En las prospecciones exteriores, se han identificado estratos relacionados con antiguas riadas, con acumulaciones de tierra, piedras y cerámica arrastradas por el agua. Al lado interior, en cambio, se han documentado niveles del siglo XVI que hablan de la vida cotidiana de la Barcelona medieval y moderna. En este ámbito destaca un hallazgo curioso y poco habitual: los restos de un pequeño asno, enterrado rodeado de un gran número de agujas de bronce.

Durante estos trabajos también se ha detectado el uso de un enfoscado con mortero de cal para sellar las juntas entre los sillares de la muralla, un sistema que pretendía reforzar la estructura frente a agentes externos como las riadas. Por otra parte, en la parte más meridional del área de excavación ha aparecido una gran estructura semicircular de piedra y mortero, de unos 3,5 metros de largo, que coincide con los planos de la primera urbanización de la Rambla a inicios del siglo XIX. Todo apunta que se trata de la cabecera de un elemento que marcaba el inicio del paseo, construido después de 1774 y antes de 1823.

Posible afloramiento de un nuevo tramo de longitud similar
La previsión es que los restos encontrados vuelvan a sepultarse una vez plenamente documentados. Cuando se termine de tapar el tramo excavado, los arqueólogos comenzarán los trabajos en otro tramo de unos cincuenta metros donde se prevé que también aparezca otro tramo de la muralla medieval de longitud similar.




