El papa Francisco ha reconocido las “virtudes heroicas” del arquitecto barcelonés Antoni Gaudí, conocido con el sobrenombre de “el arquitecto de Dios”, por su trabajo en el diseño de la Sagrada Familia. El Papa también ha firmado el decreto que lo nombra como venerable, paso previo a su beatificación, junto con tres sacerdotes, Pietro Giuseppe Triest, Angelo Bughetti y Agostino Cozzolino, según informa la oficina de prensa del Vaticano. El pontífice se ha reunido este lunes por la mañana con el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, y ha firmado varios decretos, entre los cuales también está la beatificación de Eliswa de la Santísima Virgen, fundadora de las Carmelitas Teresianas, y del sacerdote misionero italiano en Brasil Nazareno Lanciotti, que ha sido nombrado mártir.

El proceso de beatificación de Gaudí lo inició hace tres décadas la Asociación para la beatificación de Antoni Gaudí, fundada en 1992 y presidida por José Manuel Almuzara. Años después, el cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, constituyó la Asociación Canónica para tomar las riendas de la propuesta. Hace dos años, en 2023, la nueva entidad envió la positio, nombre con el que se conoce el argumentario que defiende la beatificación del arquitecto al Dicasterio de las Causas de los Santos. Antes de ser beatificado, es necesario ser declarado venerable siervo de Dios, como le acaba de pasar a Gaudí. Pero para ser beatificado, es necesario que se haya producido un milagro en el que la persona en cuestión haya participado directamente.

Imagen de archivo de la Sagrada Familia en septiembre de 2024 / David Zorrakino / Europa Press

“El arquitecto de Dios”

Gaudí aceptó dirigir las obras de la Sagrada Familia en 1883, con solo 31 años y un año después de la colocación de la primera piedra. Según el Vaticano, “el joven Gaudí consideraba la Sagrada Familia una misión encomendada por Dios y con esta conciencia transformó el proyecto neogótico original en algo diferente y original, inspirado en las formas de la naturaleza y rico en simbolismo que expresaba su profunda fe y espiritualidad, que tenía influencias benedictinas y franciscanas”. Después de una época en la que alternaba el templo con otras obras civiles y religiosas, con el tiempo Gaudí se fue concentrando en terminar su obra maestra e incluso en 1925 fue a vivir a una pequeña habitación junto a la Sagrada Familia. Al año siguiente murió atropellado por un tranvía.

El mismo año de su muerte, el eclesiástico e historiador Manel Trens i Ribas nombró a Gaudí “arquitecto de Dios” porque la Sagrada Familia “logra abrir los corazones a la Belleza con su belleza”, según explican desde el templo. “Gaudí es el arquetipo de la alianza entre el Evangelio y el Arte, un ejemplo de integración espléndida entre el trabajo humano y profesional con la fe”. Durante los 40 años en los que se dedicó al templo, “Servir a Dios a través de la arquitectura” fue su máxima y consideraba que el templo era una especie de “Biblia de piedra”.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa