La atracción Merlí gusta. Los primeros visitantes que han subido han quedado cautivados por una caída libre de 52 metros que permite ver una panorámica 360 de Barcelona «impresionante». De hecho, las vistas de la capital catalana –y algunas ciudades fronterizas– es de las cosas que más sorprende de esta estación única del Tibidabo. Este sábado se ha estrenado, con la presencia del alcalde Jaume Collboni, que se ha atrevido a subir a pesar de admitir que es para «atrevidos y valientes». El alcalde ha salido «emocionado» y ha destacado, como la gran mayoría, las vistas. «Es ver toda la ciudad de Barcelona como si estuvieras volando», dice Collboni. El socialista ha destacado que estas novedades tienen que permitir en el Tibidabo ampliar la oferta y se ha mostrado contento que haya oferta «para todas las familias». El teniente de seguridad, Albert Batlle, ha acompañado al alcalde.
El alcalde no es el único que ya ha estrenado el nuevo gran atractivo del parque de atracciones del Tibidabo. «Es una atracción adrenalítica muy recomendable», dice por ejemplo Àlex, uno de los primeros chicos a subir, que ha explicado su experiencia a la Agencia Catalana de Noticias (ACN). En esta entrevista también hace mención de las vistas «impresionantes» a las que minutos antes se refería Collboni. Otra persona que transmite su impresión es Sara, que ha visitado el Tibidabo con su marido y sus dos hijos. Destaca unas vistas «que valen mucho la pena» y remarcaba que «venimos una vez al año, normalmente en verano, y no sabíamos que este fin de semana se estrenaba la caída libre».

«Es como caer a un precipicio»
Otras voces que entrevista la ACN comparan la nueva caída libre del Tibidabo con el Huracán Cóndor de Puerto Aventura. Arnau destaca unas sensacions «impresionantes» que parten del hecho de caer «desde arriba de la montaña». Otro visitante joven, Manel, decía «todavía tiemblo» al bajar y describía la sensación de bajar de 52 metros: «Va despacio y no te lo esperas porque de repente hace un descenso que parece que caigas a un precipicio». Todavía excitados, los visitantes creen que no hay «ninguna atracción como esta» en el Tibidabo, que se prepara para un verano exitoso en cuanto a la venta de tickets.
La atracción tiene capacidad para 24 personas para cada ronda y ofrece una vista panorámica de 360 grados a medio recorrido. Uno de los momentos más espectaculares, junto con la caída libre, son los giros de 360° que hace la góndola. La atracción, que incorpora un sistema de frenado magnético de última generación, obliga a tener una estatura mínima de 1,40 metros para poder subir.