Una década después de su cierre, El Molino volverá a abrir sus puertas. Será a finales del mes de octubre, cuando tendrá lugar la primera actuación de esta nueva etapa bajo titularidad municipal. El encargado de comenzar la programación del emblemático teatro del Paralelo será Kahil El’Zabar, un reconocido compositor norteamericano con una propuesta de jazz que bebe de un fuerte componente étnico. La elección de este artista no es fútil, sino que quiere ser una declaración de intenciones de los flamantes concesionarios del recinto, Barcelona Events Musicales, la empresa organizadora del Festival Cruïlla. Las actuaciones de cabaret, pues, dejarán paso a partir de ahora a las de jazz en un ambiente que emula a los clubes clandestinos norteamericanos que surgieron durante las primeras décadas del siglo XX en respuesta a la Ley seca.
«En un momento en qué la cultura y el entretenimiento se están globalizando, nos parece que hay espacio para que alguien centre su foco en el ámbito local y en un formato pequeño de 250 personas de capacidad. Queremos que la gente salga del Molino pensando que ha visto una cosa diferente, no estamos haciendo nada disruptivo, pero en Barcelona no existe ahora mismo esta oferta», ha señalado en una rueda de prensa este lunes Jordi Herreruela, director de Barcelona Events Musicales y del Festival Cruïlla. Una de las principales novedades de esta nueva etapa del teatro será la distribución de su sala principal. Las tradicionales sillas organizadas en hileras se cambiarán por mesas, sillas y sofás que estarán flanqueados por una gran barra circular. «Se podrá cenar y beber durante la actuación, que será de 75 minutos. Tendremos programación cinco días a la semana, tres sesiones por día: a las ocho, a las diez y media y a las doce», ha apuntado Herreruela, que también ha querido destacar que el nuevo director del proyecto será «un músico», haciendo referencia a Víctor Partido.
A su vez, Partido ha asegurado que es todo un «reto» encabezar esta nueva vida de El Molino, que quiere ser un «elemento regenerativo y de valor para el corazón del Paralelo». «Es cierto que este es un proyecto que no busca la rentabilidad económica, pero nuestro trabajo es conseguir hacerlo rentable», ha remarcado, dejando la puerta abierta a poder introducir en un futuro próximo géneros que tuvieron gran acogida en la época dorada del teatro como la revista y que hoy por hoy quedarán fuera de la programación. Por su parte, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha celebrado el nuevo camino comenzado por el recinto y ha enmarcado la reapertura en el objetivo municipal de «revitalizar» la parte baja del Paralelo y «recuperar su pulso escénico», también incluyendo en esta hoja de ruta al Teatro Arnau. A la pregunta de por qué ha tardado tanto la reapertura del espacio, Collboni ha preferido no entrar en detalle y se ha centrado en el presente de la sala. «Han pasado muchas cosas y las decisiones políticas han sido las que han sido. La noticia es que ahora hemos decidido priorizarlo», ha insistido.

Trayectoria centenaria vinculada al cabaret
Hay que recordar que el origen del Molino se remonta a finales del siglo XIX como la Pajarera Catalana. Hacia el 1910 cambió el nombre por el de Petit Moulin Rouge. Después de la Guerra Civil, el franquismo hizo sacar el nombre
El espacio cerró en noviembre de 1997 y reabrió trece años después totalmente renovado de la mano de la empresa Ocio Puro. El primer espectáculo que se representó fue
A partir de ahora, Barcelona Events Musicales gestionará El Molino con la complicidad de varios agentes musicales de la ciudad. Así se aprobó la concesión a mediados de junio en comisión del gobierno municipal. Se prevé una duración de cuatro años a partir de la formalización del contrato, que se podrá ampliar por acuerdo de ambas partes, con prórrogas anuales hasta un máximo de cuatro años más.



