La avalancha de críticas por la nueva beca a escritores latinoamericanos no ha hecho cambiar de parecer al Ayuntamiento de Barcelona. El concejal de Cultura, Xavier Marcé, confirmó este martes que no retirarán esta iniciativa, a pesar de la enorme polémica suscitada, y aseguró que la medida cuenta con el apoyo «de la mayor parte» del sector editorial. «No la echaremos atrás», quiso dejar claro de manera contundente el socialista. Cabe recordar que la beca fue presentada en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) y generó numerosas críticas de una parte del sector literario catalán, que lamenta que el Ayuntamiento de Barcelona invierta tantos fondos públicos en fomentar la literatura en español cuando la literatura en catalán necesita mucho más el impulso y la promoción.
En su intervención de este martes en la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deporte, Marcé daba de esta manera respuesta a una petición de Junts, que a través de un ruego pedía la retirada de esta beca. El concejal cree que Junts no haría esta petición si la beca estuviera dirigida a autores europeos y ha defendido el compromiso «firme y mayoritario» del consistorio por la escritura en catalán. Ha añadido que la ciudad quiere ser de acogida para escritores de todo el mundo y ha planteado que si bien el catalán puede ser «débil» en otros ámbitos, no lo es en el cultural.
El máximo responsable de Cultura considera que la iniciativa está «llena de argumentos históricos y culturales» que la sustentan y ha precisado que el premio es de 14.000 euros y no de 80.000, como habían apuntado desde Junts. La diferencia entre la partida total y el premio son recursos que se destinan a gastos de edición y otros. Marcé ha aprovechado la ocasión para reivindicar el «éxito» de la participación de Barcelona en la FIL de Guadalajara y ha afirmado que acudieron más de 60 escritores catalanes, casi el 75% de los cuales escriben en catalán.
Tres mensajes «nefastos» para el catalán
Por su parte, desde Junts insisten en que esta beca envía tres mensajes «nefastos». El primero, que se está impulsando otra lengua que no es el catalán en un momento de «debilidad histórica» de esta. El segundo mensaje es de «exclusión» hacia los autores catalanes, y el tercero es que «no se puede ser cosmopolita y catalán al mismo tiempo».
