Técnicos del distrito de Sants-Montjuïc inspeccionaron este jueves por la noche el Molino, la sala emblemática del Paral·lel, han confirmado fuentes municipales al TOT Barcelona. La «revisión», según las palabras utilizadas por el consistorio, tuvo lugar a las 21.30 horas. Desde la Guardia Urbana se ha informado que se había recibido una queja por ruido. El Ayuntamiento dice que hace seguimiento de temas como el «ruido».
El servicio de prensa municipal no ha dado muchos detalles de la visita de los técnicos del distrito al teatro. No obstante, aseguran que no se detuvo ninguna actuación. Tampoco han precisado si la inspección fue a consecuencia de la queja vecinal y si se realizaron mediciones de sonido. Fuentes de prensa de la Guardia Urbana explican que se intentó hasta cuatro veces localizar a la persona que había llamado quejándose del ruido, pero no la encontraron.
«Seguimiento de temas como el ruido»
En julio de 2021, el Ayuntamiento de Barcelona anunció la compra del teatro del Paral·lel por 6,2 millones. El espacio reabrió a finales del año pasado de la mano de Barcelona Events Musicals, la empresa que gestiona el festival Cruïlla, que se celebra en verano en la capital catalana. Desde esta empresa dicen que se trata de «revisiones rutinarias». Y el Ayuntamiento recalca que «mantienen contactos permanentes con los responsables de la sala para hacer seguimiento de temas como el ruido».

Según informó el consistorio en septiembre, el acuerdo con Barcelona Events Musicals es por cuatro años. Tal como avanzó hace un año el TOT Barcelona, el gobierno de Jaume Collboni sacó a concurso la gestión del espacio para convertirlo en un equipamiento público dirigido por una empresa privada. Con capacidad para unas 250 personas, en la sala se ofrecen actuaciones musicales, pero además se puede cenar y tomar una copa y cócteles.
Un poco de historia
El origen de El Molino se remonta a finales del siglo XIX como la Pajarera Catalana. Hacia 1910 cambió el nombre por el de Petit Moulin Rouge. Después de la Guerra Civil, el franquismo hizo quitar el nombre rouge (rojo) por las connotaciones políticas, explica la Wikipedia. Desde entonces, el equipamiento es conocido como el Molino.
El espacio cerró en noviembre de 1997 y reabrió trece años después totalmente renovado de la mano de la empresa Ocio Puro. El primer espectáculo que se representó fue Made in Paral·lel. La reforma fue realizada por el despacho de arquitectos BOPBAA. La propiedad terminó muy endeudada, en parte por el elevado coste de la rehabilitación, y en 2021 terminó vendiendo el teatro al Ayuntamiento.




