Entradas agotadas en la mayoría de franjas, locura absoluta en las redes sociales y en la calle, miles de fotografías, reels, historias compartidas alrededor de la exposición de Disney y Pixar cerca de Westfield La Maquinista. Las películas más icónicas de Pixar, los escenarios más conocidos a tamaño real, personajes, olores y sensaciones en 3.000 m² que convierten Món Pixar en la exposición inmersiva más potente del momento. La clave del éxito es el cóctel de emociones y tecnología inmersiva, hasta ahora nunca visto, que empuja a los visitantes a sentirse dentro de las películas que han visto en el cine o en casa.
«El enfoque fue crear una experiencia que no solo fuera visual, sino que activara todos los sentidos. Queríamos que los visitantes sintieran que estaban dentro de las películas de Pixar, y se cuidaron todos los detalles: las proyecciones, los sonidos, las texturas e incluso los aromas. Cada sala está diseñada para transportar a los asistentes directamente a esos mundos, creando una inmersión total que va más allá de lo que vemos en la pantalla», explica Nicolás Renna, CEO de Proactiv Entertainment, organizador de la muestra junto con Golden Peak, en conversación con el TOT Barcelona.
Una experiencia «inmersiva y emocional»
Ciencia, tecnología, arte, matemáticas e incluso ingeniería. La combinación transgrede ampliamente los modelos clásicos de una exposición, una tendencia que Renna cree que ha venido para quedarse: «En exposiciones como Món Pixar se combinan de manera natural la tecnología, la creatividad y el arte para crear experiencias inmersivas y emocionales. En el cine, especialmente en las películas de Pixar, también vemos cómo estas disciplinas se integran. La ciencia y la ingeniería están detrás de la animación avanzada, mientras que el arte y las matemáticas crean personajes y mundos que se sienten reales y cercanos», argumenta. De hecho, considera que es una fusión necesaria para poder contar historias más ricas. «El público está cada vez más interesado en estas combinaciones que amplían los límites de la creatividad», concluye el CEO de Proactiv Entertainment.
Ahora bien, que nadie piense que esta exposición es para niños. Varias generaciones se ven reflejadas en la exposición. Y es que, como apunta Nicolás Renna, Pixar ha sabido crear historias que «conectan con todas las generaciones». «Los adultos que crecieron con personajes como Buzz Lightyear o Nemo encuentran en la exposición una oportunidad para revivir esos recuerdos y compartirlos con sus hijos». Porque, añade, la exposición no solo es visualmente impresionante, sino que «también despierta emociones y recuerdos profundos».
La joya de la corona, Rayo McQueen
Es una de las principales atracciones de la exposición. Este coche de carreras a tamaño real, protagonista de la saga Cars, es una réplica fiel del personaje animado, lo que permite a los visitantes experimentar la sensación de ver a Rayo McQueen cobrar vida fuera de la pantalla. «Lo más fascinante es la precisión con la que está fabricado. No se ha dejado nada al azar: desde el acabado brillante, los colores tan característicos hasta el detalle de los neumáticos y los ojos que le dan vida. Es como si hubiera salido de la pantalla y estuviera listo para una nueva carrera, pero esta vez, en el corazón de Barcelona», dice Renna a este diario.
Si visitáis la exposición, Renna ofrece algunos consejos para disfrutarla al máximo y «conectar con el niño interior». «Primero, que exploren cada rincón: muchas áreas tienen sorpresas visuales y elementos interactivos que pueden pasar desapercibidos si te apresuras. Otro consejo es no olvidarse de las pequeñas joyas ocultas. Hay guiños, referencias y detalles que solo los verdaderos fans de Pixar notarán. También hay que llevar una cámara o móvil bien cargado, ya que hay muchas oportunidades para hacer fotos increíbles en los diferentes escenarios».
