Seis meses después de que muriera su alma, Montserrat Úbeda, la librería Ona de Gràcia cierra definitivamente. El negocio era familiar, pero la familia Úbeda lo había vendido al empresario Tatxo Benet, propietario de la librería Ona de Pau Claris, con la esperanza de mantenerlo vivo durante mucho tiempo. Y el hecho es que el padre y la hermana de la librera confiaban en que la librería continuara siendo un referente cultural en Gràcia tras la muerte de Úbeda Pero sorprendentemente, y sin que nadie se lo haya comunicado, la librería Ona cierra definitivamente. Lo han explicado a el Independent de Gràcia: “No nos han dicho nada, no sabíamos absolutamente nada”, lamenta el padre, que asegura que su hija había convertido aquel pequeño espacio de la calle Gran de Gràcia 217 en mucho más que una librería. La noticia del vaciado, con cajas llenas de libros y la persiana medio levantada, ha conmovido al barrio, que pierde uno de los referentes culturales más queridos.
En abril, Tatxo Benet había dicho que harían todo lo posible para mantener abierto el local, pero finalmente la decisión ha sido cerrarlo. “Quizás no se ha visto con fuerzas de encontrar a las personas adecuadas o ha decidido que era mejor cerrarla”, dice Jordi Úbeda. La librería Ona de Gràcia había abierto en el año 2013, como heredera del proyecto familiar fundado por Montserrat Úbeda y su padre en la librería Ona de la Gran Via, cerrada en 2010.

Desde la Asociación de Libreros de Gràcia, expresan al Independent de Gràcia que “el cierre de cualquier librería es un fracaso”. A pesar de que ONA no formaba parte de la asociación, lamentan su cierre, ya que es una pérdida para el barrio, para el mundo del libro y para la pluralidad de pensamiento. “Nos empobrece a todos, se nos ha apagado una luz”, asegura su presidenta, Cecilia Ricciarelli.

