La atracción de caída libre del Tibidabo, la novedad más destacada de este año del parque de atracciones barcelonés, ya tiene nombre. Desde que se anunció la puesta en marcha de esta nueva atracción se había creado mucho de misterio alrededor de su nombre, puesto que nadie del parque acababa de dar una respuesta definitiva. Ahora, meses después del anuncio, el mismo parco ha anunciado que se llamará Merlí y se estrenará a finales de mayo. Esta semana han acabado las tareas de montaje, de tal manera que la torre de 52 metros de altura ya corona la montaña de la capital catalana. El nombre de la atracción surge de un concurso entre los trabajadores de BSM, la empresa que gestiona el parque, y se inspira en la temática y el diseño de la atracción, que simula una varilla mágica con una estrella arriba de todo. En lo alto, la atracción ofrecerá una visión de 360 grados sobre la ciudad.
El parque prevé superar esta temporada los 700.000 visitantes. Estos objetivos continúan siendo los mismos que ya relataba en febrero la directora del Tibidabo, Rosa Ortiz quién detallaba que la nueva atracción era «una apuesta» potente del parque para convertirse “en una experiencia única”. Ortix también aseguraba que esta atracción haría más de 50 metros de altura, a los cuales se suman los 500 metros sobre el nivel del mar en que se encuentra el Parque de Atracciones.

Tres años y 2,4 millones de euros
La nueva atracción es el resultado de un trabajo de tres años de planificación y ejecución con un coste de 2,4 millones de euros. Después de meses de pruebas, por fin se puede poner en marcha a finales de este mes. “La caída libre tendrá capacidad para 24 personas y ofrecerá una vista panorámica de 360 grados a medio recorrido de la atracción, que ofrecerá una visión única de la ciudad”, detalló la directora. Después de la parada y con un pequeño espacio temporal para que los visitantes disfruten de las vistas, la atracción vuelve a subir hasta los 52 metros y es cuando se produce la caída libre.