Hay más mercados más allá de los de toda la vida que abastecen de comida los diferentes barrios de Barcelona cada día del año. Hay otros que son efímeros, y un ejemplo es El Gran Flea, que el próximo 31 de marzo celebra su tercera edición. Una de las particularidades más destacables es que el acontecimiento se hará a la Estació del Nord, en el barrio del Fort Pienc, lo cual hará que se convierta temporalmente en un mercado de ropa de segunda mano y vintage. También es destacable que habrá más de 150 paradas de ropa vintage y diseño, otras paradas de comer y bebida, que irá a cargo de 33|45 y Right Side Coffee; y sesiones DJ.
No es la primera vez que El Grande Flea ocupa esta estación del siglo XIX. El pasado 21 de mayo, por ejemplo, celebró una edición anterior. Otro espacio que se transformó radicalmente es el edificio histórico de la Universitat de Barcelona (UB), que el pasado mes de diciembre acogió la séptima edición del BCN Witch Martket. El acontecimiento se centraba en el género de la magia en la literatura y el cine y tenía en el centro un escenario clave en muchas historias: el bosque prohibido.
Una decisión polémica
En cuanto al Flea Market, hay que recordar que el Ayuntamiento de Barcelona anunció a principios de febrero que no renovaría las licencias de venta que permitían a los trabajadores vender en el mercado que se montaba en el barrio del Raval. El teniente de alcaldía de Seguridad y Prevención y concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, llegó a afirmar que los mercados de segunda mano “son una actividad propia de espacios deprimidos comercialmente, y no es el caso de Barcelona”.
El cofundador y presidente del Flea Market Barcelona, Mark Dix, explicó en declaraciones al TOT Barcelona lo que suponía no poder celebrar el mercado en El Raval y solo hacerlo en acontecimientos puntuales como El Gran Flea Market. Concretamente, subrayó que la decisión del consistorio generaba “frustración” a los socios y clientes del mercado y que parecía tomada por personas que no conocen “la cultura de los mercados ni la importancia que tienen por los barrios”. “La gente quiere encontrar prendas de ropa en mejor precio que en las tiendas o artículos vintage únicos. Nuestros socios están enfadadíssimos”, insistió.



