El reloj icónico de la antigua sede del banco BBVA de la plaza de Cataluña podría volver a funcionar. Con esta intención, el PP presentará el próximo martes en la comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda una propuesta en la que solicita al gobierno de Jaume Collboni iniciar conversaciones con la propiedad del edificio, el grupo Inditex, para que el reloj vuelva a girar y dar la hora. Ya hace años que está en desuso y ahora mismo la hora está detenida a las 11:41.

Según el texto de la iniciativa, al cual ha tenido acceso el TOT Barcelona, el concejal Juan Milián defiende que es necesario encontrar vías de entendimiento y colaboración para lograr que el reloj vuelva a funcionar. Según los populares, el reloj forma parte del «patrimonio cultural y de la memoria» de la ciudad desde 1971 y ha tenido un «vínculo sentimental» con buena parte de la ciudadanía de Barcelona. Milián opina que el reloj se encuentra en un estado de abandono desde que el BBVA dejó el inmueble, hace más de una década.
En declaraciones a este medio, el presidente del PP en el Ayuntamiento Daniel Sirera subraya que después de recuperar las forjas históricas del metro, «queremos continuar manteniendo el patrimonio histórico de la ciudad, por eso pediremos al Ayuntamiento que colabore con los propietarios para que el reloj vuelva a estar operativo y continúe formando parte de la vida de todos los barceloneses».
¿Cuándo se puso en funcionamiento?
El reloj forma parte de los Pequeños Paisajes del Ayuntamiento de Barcelona, al igual que el termómetro de la óptica Cottet, del Portal de l’Àngel, o el búho de la Diagonal, frente al monumento a Jacint Verdaguer. Precisamente, el búho era inicialmente un anuncio de Rètols Roura, la empresa que montó el reloj en la sede del BBVA. Según el Ayuntamiento de Barcelona, hay ciertas dudas sobre cuándo se puso en funcionamiento el reloj, ya que la empresa Roura dice que fue en 1969 y el BBVA siempre ha defendido que fue en 1971, «para conmemorar los cincuenta años de la entidad en la ciudad de Barcelona», recoge el libro de los Pequeños Paisajes. La imagen principal del artículo es de МаратД y se ha publicado en Wikipedia.

La instalación del reloj no fue fácil: pesa casi dos toneladas, tiene 4,7 metros de diámetro y casi un metro de ancho. No obstante, el trabajo se hizo bien, ya que ha llegado a soportar vientos de más de cien kilómetros por hora. Cuando funcionaba, el reloj giraba. En una de las caras señala las horas con números romanos y en la otra está el logotipo del BBVA, que por las noches se iluminaba. Las agujas que marcan las horas miden dos metros y las de los minutos 2,6 metros, dice el Ayuntamiento en el libro de los Pequeños Paisajes de Barcelona.
A lo largo de su historia, la maquinaria del reloj se ha cambiado al menos en seis ocasiones y se han ido introduciendo elementos tecnológicos nuevos. «Para las fiestas de la Mercè de 1983 se le incorporó un carillón, y desde 1985 recibe las señales horarias vía satélite». De hecho, el reloj que ven los ciudadanos es solo una carcasa «dentro de la cual hay un motor que mueve las enormes agujas», subraya el consistorio en el libro. «El reloj de verdad está dentro del edificio y transmite las señales horarias a la carcasa exterior a través de la corriente eléctrica».

El edificio se compró por unos 100 millones de euros
Ahora el edificio, obra del arquitecto Eugenio Pedro Cendoya (1952), donde se encuentra el reloj, en la esquina de la plaza de Cataluña con la calle de Bergara, es una macrotineda de Zara. El inmueble fue comprado por Amancio Ortega en 2013 por unos 100 millones de euros. Durante bastante tiempo, este reloj sirvió para dar la bienvenida al nuevo año. Según detallaba el Punt Avui en 2020, Jordi Rovira, el técnico encargado del mantenimiento, instaló 48 trompetas para amplificar el sonido de las campanas, «pero la gran cantidad de gente que se reunía en la plaza -para celebrar el Año Nuevo- ahogaba el sonido», explicaba el diario. Sirera ha recordado también la celebración del Año Nuevo en la plaza de Cataluña.


