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El mundo del libro mantiene la apuesta por un Sant Jordi descentralizado en los barrios

El mundo del libro ultima los últimos preparativos para convertir la festividad de Sant Jordi en una auténtica celebración. Tal como hicieron el año pasado, los organizadores de uno de los días más esperados del año mantienen la apuesta de descentralizar la festividad para acercar la cultura a los barrios de la ciudad y evitar la tradicional masificación del centro de Barcelona. Este año, la Cámara del Libro de Cataluña, la institución que agrupa a los gremios de libreros, editores, distribuidores y de la industria gráfica del país, anuncia que para este Sant Jordi habrá cuatrocientas paradas repartidas por las calles de la ciudad. En detalle, serán 348 paradas de libros -200 de las cuales dispondrán de un espacio habilitado para la firma de las obras de los autores- y 52 de rosas. A estas paradas, sin embargo, hay que sumar, como mínimo, un centenar de stands más que se habilitarán en las puertas de las librerías de la ciudad: «No tiene nada que ver con el Sant Jordi que veíamos antes de la pandemia. Desde el año 2019 se ha duplicado el número de paradas de la parte profesional que hay en la calle [teniendo en cuenta que antes de la pandemia había unas 200 paradas]. Y eso nos llena de orgullo«, ha afirmado el presidente de la Cámara del Libro, Patrici Tixis, durante la presentación de la festividad este miércoles desde el Ateneo Barcelonés.

Durante su intervención, el presidente de la cámara ha recordado el peso que supone la festividad de Sant Jordi para el mundo del libro catalán, desde los libreros hasta los editores: «Suele representar un 20% de su facturación anual», ha argumentado Tixis, quien recuerda que, durante la edición del año pasado, se llegaron a vender más de 70,000 títulos diferentes. Es decir, más de 70,000 libros, de los cuales muchos se vendieron miles de ejemplares. En este sentido, Tixis ha recordado que «la lista de los libros más vendidos solo supone un 5% del total de las ventas» de Sant Jordi, que no se contabilizan hasta unos días después de la festividad. Por su parte, el presidente del Gremio de Libreros de Cataluña, Èric del Arco, también ha recordado que la magia de Sant Jordi que lo convierte en una fecha muy señalada para el mundo de la cultura en general es que se extiende por todos los rincones del país: «Donde haya una parada, sea un quiosco o lo que sea, habrá un libro», ha afirmado. Por su parte, la consejera de Cultura, Sònia Hernández, también ha defendido que Sant Jordi es una festividad para «recordar los beneficios de la lectura».

Una imagen de archivo de la festividad de Sant Jordi del año pasado / Jordi Play
Una imagen de archivo de la festividad de Sant Jordi del año pasado / Jordi Play

Un Sant Jordi por toda la ciudad

En la capital catalana, el epicentro de la festividad, se repartirán los puntos de venta de libros en siete distritos de la ciudad. Concretamente, 94 paradas en el distrito de Ciutat Vella; 23 en el distrito de Gràcia; 203 en el distrito del Eixample; diez en Les Corts; cinco en el distrito de Sant Andreu; once en el distrito de Sant Martí y dos en el distrito de Sarrià. Un reparto de paradas, que se extenderá en más de 3,500 metros, que confirma una vez más la apuesta de los organizadores de la festividad por descentralizarla. Este año, sin embargo, como novedad, además de incrementar ligeramente el número de paradas oficiales de libros y rosas, la cámara también ha apostado por «agrandar» los espacios de libros: «Crecen para hacer más amable, más fácil de circular. Que todos lo tengan lo más cerca del barrio posible», apuntan desde la organización. Uno de los puntos que más se ha reforzado es el tramo del paseo de Sant Joan, especializado en la novela gráfica, el cual ha incrementado un 30% su capacidad para hacerlo «más amable».

En esta línea, los organizadores de la festividad también han querido dejar claro que, como ya se hizo en la edición pasada, Barcelona vuelve a contar con la Rambla como uno de los puntos neurálgicos de Sant Jordi: «Hemos trabajado para que sea otra vez uno de los corazones de la fiesta», ha exclamado Èric del Arco, quien detalla que los organizadores han trabajado de la mano del gobierno de Jaume Collboni para monitorear las obras que se están llevando a cabo en estos momentos en una de las calles más emblemáticas de la ciudad. Preguntado por periodistas, desde la Cámara no descartan que de cara a las próximas ediciones se pueda aumentar aún más la oferta de paradas, especialmente cuando finalicen las obras de la Rambla, pero admite que es una cuestión «muy compleja» que habrá que «mirar con lupa» de cara a los próximos años. Con estas previsiones, pues, los organizadores se preparan para terminar de ultimar los preparativos previos y pulir los últimos detalles para que Cataluña se convierta, una vez más, en una gran fiesta del libro, la rosa y la cultura.

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