El Museo de las Artes Escénicas (MAE) de Barcelona guarda, desde hace más de un siglo, un trozo de dedo de Calderón de la Barca, uno de los dramaturgos más conocidos de la historia de España. Se tiene constancia de él desde el año 1923, cuando aparece la referencia en el Archivo Administrativo del Institut del Teatre, donde se especifica que la pieza provenía directamente de la Biblioteca del cardenal Antolín Monescillo, quien fue arzobispo de Toledo. ¿Y cómo llegó hasta allí? Parece que a través de una persona que consiguió el dedo durante el traslado del cuerpo de Calderón de la parroquia de El Salvador al Sacramental de San Nicolás.
Desde entonces y hasta el año 1999, el dedo del dramaturgo y escritor permaneció bastante olvidado, hasta que ese año se decidió restaurarlo para que en un futuro se extrajera ADN de la reliquia. Se daba por hecho que ese dedo correspondía a la mano con la cual Calderón de la Barca había escrito grandes obras como La vida es sueño. Pero después de que se publicara una foto en un medio de comunicación, un experto catalán lo puso en duda. El doctor Salvador Moyà-Solà del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont contactó con el museo al sospechar que el hueso era del pie y no de la mano. Y tenía razón.

Era el dedo del pie y no de la mano
El Museo de Artes Escénicas pidió al Institut Català de Paleontologia que inspeccionara la reliquia. Así, en marzo de 2022 el mismo doctor Salvador Moyà-Solà examinó el hueso en la sede del museo y emitió un informe que confirma que los restos óseos se corresponden con un segundo metatarsiano del pie izquierdo en lugar de un metacarpiano de la mano derecha como siempre había informado el museo, atendiendo al acta de 1840 que certifica la originalidad de esta reliquia.