Editoriales, librerías, autores y colectivos sociales están en pie de guerra por el “proceso de externalización y privatización” que vive la fiesta de Sant Jordi en Barcelona. Este año, la Cámara del Libro ha anunciado que exigirá un copago a editoriales y librerías para que puedan instalar una parada el día de Sant Jordi, una medida que ha causado un gran revuelo en el sector. Critican al Ayuntamiento de Barcelona y a los aparatos gremiales, en especial a la Cámara del Libro, por “tergiversar” el espíritu de Sant Jordi y convertir el 23 de abril en una “feria de pago”. En un manifiesto dado a conocer este martes, reclaman que vuelva el “carácter popular” de la fiesta y denuncian que desde 2022, con la excusa de las restricciones sanitarias, se han ido introduciendo cambios que deslucen la fiesta. También reclaman que se anule el copago y se apueste por una gestión pública de Sant Jordi.
A pesar de que hacía tiempo que corría el rumor, no fue hasta el mes de febrero que se confirmó la bomba. El 29 de febrero, la Cámara del Libro —que agrupa el gremio de libreros, editores y distribuidores— anunció que este año las editoriales y las librerías que quieran poner una parada en Barcelona tendrán que pagar una tasa, que no será barata. Hasta ahora solo había que pedir una autorización en el Ayuntamiento de Barcelona y bastante. Las tarifas anunciadas por la Cámara del Libro van de los 96 a los 485 euros, según las dimensiones y la ubicación de la parada. El presidente del Gremio de Libreros, Èric del Arco, justificó la medida por el incremento de las zonas de exposición a causa de la pandemia, un planteamiento que ahora quieren mantener, pero por el cual se requiere una “aportación importante” tanto de las administraciones como de la Cámara del Libro.

Más gasto después de la pandemia
Desde la pandemia, el Ayuntamiento de Barcelona ha apostado para esponjar el Sant Jordi y ya ocupa la rambla Catalunya, el passeig de Gràcia, la Rambla y el passeig Sant Joan, un despliegue que requiere logística, cortes de tráfico, contratar personal y suministrar electricidad. Según datos del sector, en 2024 el Departamento de Cultura de la Generalitat pondrá 200.000 euros y el Ayuntamiento de Barcelona, 30.000 más. La Cámara del Libro calcula que con la nueva tasa ingresarán entre 43.000 y 45.000 euros, el 17% del coste total. La intención es mantener las tarifas lo más bajas posible para no perjudicar a los libreros. De hecho, Del Arco también justifica la medida asegurando que en otras ferias del libro, como la de Madrid, se pueden llegar a pagar entre 2.000 y 3.000 euros por una parada.