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El rey Jaume I y una plaga de saltamontes, en el origen de La Mercè

La fiesta de la Mercè, fiesta de fiestas en Barcelona, ya vuelve a rodar. Una fiesta multitudinaria, la que más, con millón de espectadores, según datos del ICUB. Es el referente cultural de la ciudad; mucho más que la cabalgata de Reyes, que reúne unos 600.000 asistentes, o el espectáculo de luces del Poblenou. ¿Pero cuál es el origen de este maratón de cultura y ocio que tiene la capital del país en fiesta permanente durante cuatro días?

Salvar cristianos encarcelados

Basura un salto al pasado, de ocho siglos, y nos situamos en la noche del 24 de septiembre de 1218. Aquella noche, según la leyenda, la Virgen María se apareció simultáneamente al rey Jaime I, a San Pedro Nolasc y a Sant Ramon de Penyafort. A los tres les pidió que crearan una orden de monjes dedicados a salvar cristianos encarcelados por los sarracenos en tierras islámicas. Y así fue. Aquel mismo año nacía en Barcelona la orden de Nuestra Señora de la Mercè de la Redención de cautivos, los Mercedarios, con el asesoramiento jurídico de Sant Ramon de Penyafort y el apoyo explícito del mismo rey Jaime I. Los frailes mercedarios empezaron la tarea de liberar cautivos, fuera pagando un rescate fuera intercambiándose por ellos. 

Siglos más tarde, el 1687, Barcelona sufrió una plaga de saltamontes, y se puso en manos de la Virgen María de la Mercè. Acabada la plaga, el Consejo de la Ciudad la nombró patrona de Barcelona, junto con Santa Eulàlia, en agradecimiento por haber salvado los barceloneses de aquella plaga. El Papa, pero, no ratificó la decisión hasta dos siglos más tarde, el 1868.

De la devoción a la fiesta mayor

Después de que el Papa Pío IX declarara la Virgen María de la Mercè, patrona de la ciudad, Barcelona empezó a celebrar fiestas en septiembre. Fue Francesc de Paula Rius y Taulet quién, en su etapa de regidor, antes de convertirse en alcalde, impulsó la primera fiesta de la Mercè, que en 1871 adoptó un carácter cívico e incluía celebraciones de carácter popular y cultural, ferias comerciales y también actos religiosos dirigidos a la ciudadanía. Aquella fiesta empezaba a tomar la forma que en un futuro la convertiría en la fiesta de fiestas de la capital de Cataluña.

La devoción a la Virgen María de la Merced nace en el siglo XIII
La devoción a la Virgen María de la Mercè nace en el siglo XIII

Pero es Francesc Cambó quien impulsa la fiesta de la Mercè y la convierte en un referente para todas las villas de Cataluña. Ahora bien, la fiesta de la Mercè también ha sido una superviviente de convulsiones históricas como la guerra civil y los cuarenta años de dictadura franquista, o la República, cuando no se celebraban  porque se consideraban que tenían tradición religiosa. 

Actualmente, la Virgen María de la Mercè tiene la iglesia de la Mercè, un edificio construido a mediados del siglo XVIII, encima de la antigua iglesia medieval de los Mercedarios. A la cúpula había una imagen de la patrona con el Niño Jesús que fue derruido durante la Guerra Civil, y fue sustituida por una figura que ahora tiene unas dimensiones más que desproporcionadas.

Con la llegada de la democracia, la Merced logró el carácter de fiesta auténticamente popular, gracias a la colaboración de entidades de toda la ciudad. Hoy, la Merced es una fiesta que ocupa festivamente un gran número de espacios públicos con una programación centrada en la cultura mediterránea.

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