Es injusto atribuirle la etiqueta exclusiva de “patrimonio inmaterial” a la Festa Major de Gràcia. Lo defendió la historiadora Maria Garganté, pregonera este año, y también lo han demostrado las comisiones. “Si hablamos del elemento más singular de la fiesta, que son las calles adornadas, ¿quién pondría en duda su “materialidad”?”, señalaba la investigadora, con rotundidad, hace quince días en el balcón principal de la plaza de la Vila. Garganté recordó el camino, defendiendo la “identidad” de una fiesta genuina en la Barcelona del turismo y remarcando la importancia “patrimonial” de sus calles adornadas. Días más tarde, las comisiones, asoladas por el incendio que ha golpeado a los vecinos de la calle Verdi del Mig, han aterrizado este mensaje en las calles, cediendo a Verdi lo que han podido para que ningún espacio quede desguarnecido.
Este año no ha habido polémicas sonadas, pero sí confrontación con el Ayuntamiento, con abucheos a los responsables del distrito y reproches a la Guardia Urbana por obligar a descolgar pancartas sobre Palestina. Pero sobre todo destaca la solidaridad de las calles con los afectados por el incendio, del cual aún no se conocen las causas. «Atacar el adorno de alguien es atacarnos a todos nosotros», reivindicó la presidenta de la Comisión Festa Major de Gràcia, Lina López, durante la entrega de premios. Animada por los habitantes, les agradeció «la respuesta que hemos dado de manera improvisada, que ha sido unitaria y de apoyo mutuo».

En conversación con el Tot Barcelona, López asume que aún no hay ninguna prueba que permita atribuir el incendio a una acción vandálica. Pero los vecinos sospechan que puede ser provocado, mientras los Mossos aún investigan y optan por la prudencia. “Todavía se está investigando, pero ha quedado claro que es un aspecto que nos afecta a todos. Como adornadores de la fiesta, no podemos aceptar que no se respeten los adornos”, defiende López. Desde la Comisión recuerdan que el informe final de Endesa “confirma que no hubo ningún incidente en sus cuadros de luces”, como así se había llegado a sospechar en un inicio.
La respuesta del resto de calles es la cara amable de una fiesta manchada por el fuego. “El incendio en Verdi nos afecta a todos, pero la fiesta debe continuar”, asume López, que días antes, durante la entrega de premios, agradecía la “respuesta solidaria” al resto de comisiones. “Se ha reconstruido el portal de Verdi con un poco del adorno de cada calle. Quizás no queda del todo bien, pero, al verla, ves un poco la esencia de nuestra fiesta”, concluye ahora la presidenta. El pasado martes, desde el escenario, Sergi Font, uno de los portavoces de la calle Verdi del Mig, pedía “que nunca más se produzca” un acto que “va más allá del vandalismo”. El fuego recuerda al de 2019, cuando se quemó de forma intencionada el portal de Llibertat. «Tenemos una fuerza impresionante, por tanto, aprovechen, reclamen, tomen decisiones para que no vuelva a pasar», pidió el damnificado al resto de la Vila.

Progrés triunfa con un homenaje a las collas de fuego
En medio de todo el ruido, ruido, por otro lado, típico de una fiesta cada vez más mediática, una calle respira contenta. Progrés ha convencido al jurado y ya tiene la corona de 2025. Toma el relevo de la calle de Mozart, que ganó el concurso de adornos el año pasado con una recreación del universo de Hayao Miyazaki y del reconocido Studio Ghibli, una compañía japonesa responsable, entre otras, de películas como El viaje de Chihiro. Este año la calle ganadora hace un homenaje a las tres collas de fuego del barrio. Un homenaje que ha costado Dios y ayuda de construir, en parte por los problemas técnicos que han tenido con el distrito por una serie de permisos denegados.

Progrés se ha terminado llenando. “Ir a la calle ganadora ahora es prácticamente imposible”, asumían el pasado martes los vecinos que optaron por quedarse de fiesta en la plaza de la Vila, donde se hace la entrega de premios. En este sentido, López admite que las fiestas se han masificado, un aspecto que atribuye al «auge de las redes sociales». “Las calles adornadas son muy bonitas y es habitual que todos las suban a Instagram y se hagan conocidas”, explica al TOT. “Todo el mundo tiene los ojos puestos en nosotros, pero nosotros seguimos actuando como siempre”, concluye. De ahí las numerosas banderas palestinas que había en la entrega de premios –que los festivos viven como «nuestro acto»– y los reproches al Ayuntamiento y los llamamientos a la solidaridad.