Sant Andreu ha vuelto a abarrotar las calles para vivir los Tres Tombs, uno de los más multitudinarios de Cataluña. Aparentemente, los Tres Tombs han desfilado como siempre. No han faltado los caballos, unos veinte carruajes, ni tampoco el tradicional baño de masas que se dan los políticos, subidos como siempre sobre los carruajes. El alcalde Jaume Collboni no ha faltado a la cita. Tampoco otros pesos pesados de la política municipal como Daniel Sirera (PP), Pau González (BComú), Rosa Suriñach (ERC) y Joan Rodríguez (Junts). Todos estos curiosamente compartiendo carruaje.
La recopilación de carros más grande de los últimos años ha engalanado Sant Andreu. No ha faltado la unidad montada de la Guardia Urbana –que el Ayuntamiento se había planteado sacar en anteriores mandatos– y una carroza funeraria que ha llegado de Santa Perpètua de Mogoda y que habitualmente sale por Semana Santa. Una banda de música ha cerrado el séquito. A diferencia otros años, esta vez no se ha presentado ningun movimiento activista contrario a los Tres Tombs. De hecho, este era el hecho más comentado durante la recogida de los carruajes a la Fabra i Coats. Es el año de la Ley de Bienestar Animal –aprobada en el Congreso de los Diputados el verano pasado– y de la guía animalista publicada por la Generalitat, lo cual ha vuelto a poner el debate sobre la mesa. «Había números de que volvieran las protestas», admitían los participantes.

En todo caso, la tónica no ha sido ni mucho menos la de otros años. El año 2019, por ejemplo, unos veinte manifestantes persiguieron la carroza de la entonces alcaldesa, Ada Colau, para denunciar «maltrato animal». En conversación con el TOT Barcelona, el presidente de la Sociedad para la Fiesta de Sant Antoni Abad de Sant Andreu, Jordi Clapés, reivindica los Tres Tombs como un «museo ambulante» y lamenta que la gente vincule el desfile con una actividad «cruel» para los animales. Minutos antes del desfile, quien también se ha pronunciado es el presidente de la Federación Catalana de los Tres Tombs, Andreu Bernadàs, indicando que las entidades hace 15 años que trabajan en una guía como el que se ha acordado este año. En declaraciones a la ACN, Bernadàs ha recordado que «siempre ha habido veterinario» y ha calificado «de absurdo» que la gente les diga «que maltratamos a los caballos».
La veterinaria de los Tres Tumbos: «Hay mucho desconocimiento»
El TOT Barcelona acompaña la veterinaria de los Tres Tombs en su inspección final. Paula Soroya pasea por el recinto de la Fabra I Coats para revisar que ningún caballo ha terminado con dolor. Se para a conversar con un chico de Mataró, que se interesa por un caballo que finalmente no ha podido participar. Tenía mal un enganche y «no estaba cómodo», por lo cual han optado para «retirarlo de la cabalgata». «Los caballos son como las personas, hay días que no tienes el día. No pasa nada, no participa y ya está», explica Soroya horas después al TOT. La veterinaria hace 12 años que trabaja en Tres Tombs.
Soroya lamenta el follón que se ha generado recientemente con los Tres Tombs y certifica que los caballos «están bien tratados», sobre todo en Barcelona. La doctora explica que en pueblos pequeños es más fácil «que se te cuele algún particular que no constaba en un inicio»; caballos de hípica que no están acostumbrados a la gente y acaben alterados «y saliendo en la foto». Aun así, explica que son casos aislados y que la mayoría de Tres Tombs se organizan bajo la batuta de «profesionales» del sector.
Soroya admite que la nueva ley –que dice que «está mal hecha»– y la nueva guía han puesto el debate sobre la mesa, pero lamenta que hay «mucho desconocimiento». «Son caballos de una raza que se dedicaban a los trabajos del campo», recuerda la doctora, que critica la «radicalización» de algunas posturas que «ignoran» parte de la realidad. En este sentido, mantiene que doctores como ella revisan el «recorrido» y el «desnivel» de los desfiles, que los caballos «estén limpios» y tengan la edad y el estado de salud «adecuado».

Centenario de la Sociedad para la Fiesta de Sant Antoni Abad de Sant Andreu
El debate animalista no es la única novedad de este año, el año del centenario de la Sociedad para la Fiesta de Sant Antoni Abad de Sant Andreu, entidad que los organiza los Tres Tombs andreuenses. Los inicios de la desfilada campesina más famosa de Barcelona es una joya que data del siglo XVIII, pero la asociación que los organiza ahora nació bastante después. La fiesta recibe homenaje en Sant Antoni, patrón de los animales útiles para los trabajos del campo y del Gremio de Arrieros, y ha ido cambiando con el paso de los tiempos.
Los Tres Tombs tenían su sede a la masía de Can Nyau, entre los antiguos pueblos de Sant Martín y Sant Andreu. Allí, la familia Clapés empezó a replegar carruajes antiguos para poder mantener la fiesta, pero en 1992 el Ayuntamiento los expropió para poder ampliar la rambla Prim. Un hecho que todavía lamentan los responsables de los Tres Tombs, que organizan el desfile actual ‘exiliados’ en un cortijo de Santa Perpètua de Mogoda.



