En la calle Mallorca, 133, en el Eixample, la figura de un pequeño grumete corona el mercado del Ninot, uno de los más antiguos de Barcelona. La historia popular de este muñeco, con el que ha sido bautizado el popular equipamiento barcelonés, es bastante curiosa. El nombre oficial es de la década de los años 30, cuando el mercado se cubrió, aunque el franquismo lo vetó y no se recuperó hasta la llegada de la democracia. El mercado del Ninot se encuentra en la calle Mallorca, entre Villarroel y Casanova. Pero la historia del grumete comienza mucho antes, a finales del siglo XIX.
En aquella época, en esta zona había una taberna muy popular que estaba presidida por un mascarón de barco, que no es otro que el muñeco que ahora -bueno, una copia- se puede ver en el edificio del mercado. La historia popular cuenta que la hija de la taberna -propiedad de Rafael Martí, según el Museo Marítimo, donde se encuentra la figura original- presenció el desmantelamiento de un barco en la Barceloneta «y se encaprichó del mascarón de proa, una talla de madera policromada de autor desconocido y de poco más de un metro, que representaba a un joven grumete con una gorra de plato en la mano derecha y un certificado náutico enrollado en la otra», dice la web del mercado, donde se cuentan sus orígenes.

La taberna vendía vino a precios baratos
El relato asegura que la chica logró llevarse aquella figura y la instaló en la parte superior de la puerta de la taberna. El establecimiento ya era muy conocido por vender vino muy barato y aquel muñeco sirvió para que la fama del local aumentara, ya que la gente decía que iba «a comprar vino al Ninot». La taberna se encontraba en la calle Valencia, 9, en el número 107 actual, entre las calles del Conde de Urgell y de Villarroel, donde ahora se encuentra el Hotel NH Eixample. En pocos años, aquel punto del municipio de las Corts de Sarrià, entre las actuales calles de Villarroel y Valencia, situado en el límite con Barcelona, tomó impulso comercial, con el crecimiento de numerosos negocios. La nueva zona fue conocida popularmente como El Ninot.
A finales del siglo XIX, en los alrededores de la fábrica Batlló -la actual Escuela Industrial, que ocupa cuatro manzanas del Eixample- apareció un mercado ambulante que solo se montaba los sábados, cuando los trabajadores de la fábrica cobraban. El éxito del mercado fue inmediato, hasta el punto que «los comerciantes del área fiscal barcelonesa hicieron campañas de presión sobre las autoridades para que se detuviera lo que consideraban una competencia desleal», explica la web del origen del mercado del Ninot.

Un conflicto abierto entre los ayuntamientos de Barcelona y Les Corts
El conflicto por el mercado ambulante fue a más. Según la web del mercado del Ninot, «el Ayuntamiento de Barcelona interpuso varias demandas contra el mercado ambulante por la insalubridad y el entorpecimiento de la circulación. La situación se prolongó hasta que el Ayuntamiento de las Corts de Sarrià decidió adecuar un solar próximo, donde está el mercado del Ninot actual, en 1892. El nuevo mercado abrió un año después. Los puestos estaban al aire libre y, aunque la mayoría de la gente se refería al espacio como el mercado del Ninot, se bautizó como el mercado de l’Avenir o del Porvenir.
El mercado se cubrió en el año 1933. La cubierta, una estructura metálica, fue diseñada por Antoni de Falguera Sivilla y Joaquim Vilaseca Rivera. Durante la Segunda República, entre los años 1931 y 1936, se puso el nombre del mercado del Ninot. Pero después de la Guerra Civil, la dictadura franquista lo prohibió. Con la llegada de la democracia, «y gracias a la presión de los comerciantes, el mercado recuperó su nombre de origen popular», detalla la web de la historia del mercado.

La figura original del grumete se encuentra en el Museo Marítimo
En el año 1983, en la fachada del mercado del Ninot se instaló una copia de bronce del grumete, así como el rótulo con el nombre Mercat del Ninot, dice la historia de los Pequeños Paisajes de Barcelona, un libro del Ayuntamiento sobre elementos simbólicos de la ciudad como el termómetro de Cottet (en el Portal de l’Àngel) y el búho de la Diagonal con el paseo de Sant Joan. ¿Y qué ha sido de la talla original de madera del grumete? Pues, se encuentra expuesta en el Museo Marítimo de Barcelona, en las Drassanes. Según detalla el museo en su web, se trata de una «talla de madera del siglo XIX de autor desconocido, que representa a un niño que lleva el certificado de tercer piloto o pilotín enrollado en la mano izquierda, con el cual ya se podía embarcar como alumno de náutica, y la gorra de plato a la derecha». El museo también revela que la taberna donde se colocó el mascarón a finales del siglo XIX era de Rafael Martí y que este tipo de figuras eran muy habituales en los barcos mercantes de finales del siglo XIX y principios del XX. Podían representar también a la hija o la esposa del armador o del capitán, figuras mitológicas, escudos, aves o peces.

El mercado actual del Ninot data del 2015. Hace una década se terminó la reforma que ejecutó el estudio MAP Arquitectes-Mur Geganté Arquitectes, dirigido por Josep Lluís Mateo. La remodelación se prolongó unos cinco años y durante ese tiempo los comerciantes se instalaron en una carpa provisional frente al Hospital Clínic. Según la información que figura en la web del mercado, ahora el equipamiento dispone de 41 puestos de alimentación, 14 de restauración y 24 exteriores, con artículos de mercería, moda, menaje del hogar, cosmética, bisutería y lencería, entre otros.