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Collboni se quiere cargar el pesebre de la plaza de Sant Jaume

El gobierno de Jaume Collboni se quiere cargar el pesebre de la plaza de Sant Jaume. Según ha podido confirmar el TOT Barcelona de fuentes vinculadas con el proyecto, la idea del Ayuntamiento es sacar la instalación de la vía pública y trasladarla al patio del Ayuntamiento, al que la ciudadanía podrá acceder por la puerta principal del consistorio.

La idea con la que trabaja el consistorio y que, según las fuentes consultadas, estaba vigente hasta el 31 de julio, ya que el agosto ha sido un mes «inhábil», es que se encargará el pesebre del interior del Ayuntamiento a la Asociación de Pesebristas de Barcelona, que era quien montaba cada año el pesebre tradicional del Museu Frederic Marès. Así, si no se producen cambios, el Marès dejará de tener pesebre y este se trasladará dentro del Ayuntamiento, ha avanzado el Punt Avui.

Fuentes del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB), un organismo municipal, se han limitado a decir al TOT que todavía queda mucho tiempo y que, cuando llegue el momento, ya se darán todas las explicaciones.

Un pesebre tradicional con ojos actuales

El pesebre del Ayuntamiento será tradicional, pero visto con «los ojos de la actualidad», apuntan fuentes vinculadas al proyecto. Los expertos consideran que en los pesebres se puede innovar, pero se tiene que seguir «un guion general que se prolonga desde hace 2.000 años», y hay que dejar de lado las «performances navideñas» que se han hecho muchos años en la plaza de Sant Jaume.

El pesebre de la plaza San Jaime de este 2019 / ACN
El pesebre de la plaza Sant Jaume de 2019 / ACN

En la céntrica plaza barcelonesa sí que habrá decoración de Navidad. El encargado de hacerla será el ICUB, pero se tratará de una decoración unitaria, entre lo que se colgará en la fachada del Ayuntamiento y la Generalitat. Las fuentes consultadas hablan de una decoración más «europea», después del desastre del año pasado, con la fachada de la Generalitat convertida en un escaparate de mensajes que no tenían nada que ver con Navidad, como «Por una Cataluña con más médicos, maestros y mossos que nunca».

Del repartidor de butano a los abetos a pedales

A lo largo de los años, el pesebre de la plaza de Sant Jaume ha estado rodeado de polémicas, con presupuestos disparados, como el de 2017, que costó unos 148.000 euros, formatos y escenificaciones fuera de lugar (como el de 2019, con un montón de cajas que parecían sacadas de la basura) y decisiones poco afortunadas. En 2004, el gobierno de Joan Clos colocó un repartidor de butano recortable. Un año después, el caganer desapareció del pesebre. Y en 2008, dentro de la decoración de Navidad, la regidora de ICV Imma Mayol, se inventó unos abetos a pedales que se iluminaban con el esfuerzo del ciudadano. Se instalaron en diferentes puntos de la ciudad y costaron unos 214.000 euros.

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