Barcelona ha sido el plató de numerosas películas.
El accidente más grave de las obras del metro
La estación de Rocafort se inauguró en 1926, en el que fue el primer tramo de la línea bautizada como Ferrocarril Metropolitano Transversal, precursora de la actual L1. Está situada bajo la Gran Via de las Corts Catalanes, en el Eixample. Las obras de construcción del túnel empezaron en 1923. El 12 de abril de 1924, un accidente dejó 11 trabajadores muertos y nueve de heridos. Ha sido el siniestro laboral más importante que ha tenido lugar en el metro de Barcelona. Los hechos fueron silenciados por los inversores privados, que querían inaugurar rápidamente la línea, y un siglo después prácticamente ha desaparecido de la memoria colectiva, explicaba el periodista Anton Rosa en este medio el pasado 11 de abril, al cumplirse 100 años del accidente.
Las obras de construcción del túnel acabaron en 1926 y la línea se inauguró el 10 de junio de aquel año, entre las estaciones de Catalunya y la Bordeta. Previamente, el 30 de diciembre de 1924 se había puesto en funcionamiento la primera línea de la ciudad, el Gran Metro, entre Catalunya y Lesseps. Durante la Guerra Civil, la estación de Rocafort se convirtió en un refugio antiaéreo, en una zona de la ciudad muy castigada por los bombardeos de la aviación italiana y alemana, con numerosos muertos. En aquella época, a la parada se accedía por una entrada situada en la Gran Via que dejó de funcionar en los 80.
La leyenda negra de la estación de Rocafort
Durante las últimas décadas, una leyenda negra ha planeado sobre la estación de Rocafort. Lo recordaba

El ‘secuestro’ de un bus en la Barcelona de finales de los 70
La segunda película que se estrenará el 6 de septiembre inspirada en el transporte público de Barcelona es
El 47 es una película que dirigida por Marcel Barrena y protagonizada por el actor Eduard Fernández, en el papel de Vital. El reparto es de lujo y en el largometraje aparecen también Clara Segura, David Verdaguer, Carlos Cuevas, Zoe Bonafonte, Salva Reina, Aimar Vega y Vicente Romero. En palabras de Barrena, «es un homenaje a la clase obrera y a los hombres y mujeres que han construido nuestras ciudades», mientras que la productora, The Mediapro Studio, habla de la gesta de Vital como un acto de «disidencia pacífica y lucha social». En el largometraje salen diferentes localizaciones de la capital catalana, con emplazamientos de Torre Baró, el Ayuntamiento de Barcelona y la plaza de Catalunya.

Este hecho significó un antes y un después en el servicio de bus en Torre Baró. «Fue un hito en el imaginario colectivo del distrito», recordó Gil. En 1980, varias calles de Torre Baró fueron arregladas para permitir el paso de dos nuevas líneas: la 77 (Virrey Amat-Torre Baró) y el microbús 93 (Ciudad Meridiana-Torre Baró), escribió la periodista Laura de Andrés Creus en el TOT. Vital fue detenido en la calle de València y juzgado al día siguiente, acusado de secuestrar autobuses, y la amenaza de la empresa de despedirlo si se repetía aquel incidente.
Más buses secuestrados
De hecho, el secuestro del bus 47 no fue el único que tuvo lugar en los años 70 en Barcelona. El 26 de mayo de 1974, por ejemplo, un grupo de vecinos de Roquetes paró un bus de la línea 11 a la altura de la calle de Alcàntara. Se llenó de mujeres y niños, que obligaron al conductor a ir hasta las calles de Cantera y Briquets, en lo alto del barrio. Desde hacía tiempo, los residentes presionaban a la compañía Transportes de Barcelona para que prolongara las líneas 11, 31 y 47 hasta la calle Mina de la Ciutat. A pesar de que demostraron que los vehículos podían circular por aquellas calles empinadas, la compañía hizo caso omiso de las reivindicaciones. El vecindario secuestró más buses, y el 18 de julio del 1974, las líneas 11 y 112 continuaron su recorrido hasta el punto que pedía la ciudadanía.