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El metro y el bus de Barcelona, al cine: del thriller a la lucha vecinal

Barcelona ha sido el plató de numerosas películas. Mientras duermes (Jaume Balagueró), Rec (Balagueró y Paco Plaza), Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen), Los últimos días (David y Àlex Pastor) y El perfume (Tom Tykwer) son solo algunas. Lo que no es tan habitual es que se estrenen el mismo día dos producciones rodadas en la capital catalana y menos que los dos largometrajes estén inspirados en el transporte público de la ciudad. El 6 de septiembre llegarán a la cartelera Estación Rocafort, una cinta de terror filmada, entre otros escenarios, en la parada del mismo nombre de la línea 1 del metro, y El 47, la historia del secuestro de un bus en 1978 para demostrar que estos vehículos podían llegar a lo alto del barrio de Torre Baró, entonces sin transporte público.

Estación Rocafort ha sido dirigida por Luis Prieto y la protagonizan Javier Gutiérrez y Natalia Azahara, y gira alrededor de la leyenda negra que acompaña a esta estación de metro. Una trabajadora del suburbano, Laura (el personaje de Azahara), empieza a investigar una serie de muertes que tienen lugar en la estación con la ayuda de Roman, un veterano policía (Gutiérrez). Según el director, Estación Rocafort pone Barcelona en el centro de la historia. «Queremos que los espectadores reconozcan la ciudad en la pantalla y la estación de metro por la que podrían pasar cada día para ir al instituto o al trabajo», explicó en julio. Y el resultado ha sido una producción «inquietante, definitivamente no apta para aquellos que se asustan fácilmente». Según Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la cinta se ha rodado en diferentes localizaciones de la red, como el Triángulo Ferroviario, las estaciones de la Sagrera, Maragall, Rocafort o el taller de Sant Genís. La filmación acabó a finales de 2022 con una importante licencia: Rocafort se convierte en la película en una parada de la línea amarilla.

El accidente más grave de las obras del metro

La estación de Rocafort se inauguró en 1926, en el que fue el primer tramo de la línea bautizada como Ferrocarril Metropolitano Transversal, precursora de la actual L1. Está situada bajo la Gran Via de las Corts Catalanes, en el Eixample. Las obras de construcción del túnel empezaron en 1923. El 12 de abril de 1924, un accidente dejó 11 trabajadores muertos y nueve de heridos. Ha sido el siniestro laboral más importante que ha tenido lugar en el metro de Barcelona. Los hechos fueron silenciados por los inversores privados, que querían inaugurar rápidamente la línea, y un siglo después prácticamente ha desaparecido de la memoria colectiva, explicaba el periodista Anton Rosa en este medio el pasado 11 de abril, al cumplirse 100 años del accidente.

Las obras de construcción del túnel acabaron en 1926 y la línea se inauguró el 10 de junio de aquel año, entre las estaciones de Catalunya y la Bordeta. Previamente, el 30 de diciembre de 1924 se había puesto en funcionamiento la primera línea de la ciudad, el Gran Metro, entre Catalunya y Lesseps. Durante la Guerra Civil, la estación de Rocafort se convirtió en un refugio antiaéreo, en una zona de la ciudad muy castigada por los bombardeos de la aviación italiana y alemana, con numerosos muertos. En aquella época, a la parada se accedía por una entrada situada en la Gran Via que dejó de funcionar en los 80.

La leyenda negra de la estación de Rocafort

Durante las últimas décadas, una leyenda negra ha planeado sobre la estación de Rocafort. Lo recordaba betevé en noviembre de 2023. Durante los años 60 y 70, en la parada de Rocafort tuvieron lugar muchos suicidios. Estas muertes estuvieron acompañadas de otros accidentes con víctimas mortales por parte de personas ciegas. Muy cerca de la estación, estaba la sede de la ONCE y algunos ciudadanos invidentes cayeron a las vías y murieron atropellados. Los años 70 y 80, había jefes de estación que no querían trabajar en la estación de Rocafort. Explicaban que cuando se quedaban solo por la noche en la parada, esperando el tren que recogía al personal, pasaban fenómenos extraños. Tal como recoge la cadena municipal, un periodista esotérico se presentó en la estación acompañada de un médium para intentar averiguar qué pasaba. Este aseguró haber visto a un niño corriendo con una pelota. Parece que unos años antes, un niño que jugaba a pelota en la parada cayó a la vía y murió atropellado…

Una imagen de archivo del autobús 'secuestrado' cuando llegó a Torre Baró / Álbum personal Manuel Vital - Archivo Roquetes - Nueve Barrios.
Una imagen de archivo del autobús ‘secuestrado’ cuando llegó a Torre Baró / Álbum personal Manuel Vital – Archivo Roquetes – Nou Barris.

El ‘secuestro’ de un bus en la Barcelona de finales de los 70

La segunda película que se estrenará el 6 de septiembre inspirada en el transporte público de Barcelona es El 47. Se trata de una historia real, basada en la vida del activista vecinal y conductor de bus Manuel Vital, que tuvo lugar en 1978, con la democracia acabada de estrenar en el Estado español. El barrio de Torre Baró estaba incomunicado, sin transporte público. El Ayuntamiento y la compañía de autobuses se negaban a poner un bus en la zona porque decían que los vehículos no podían circular por calles con tanta pendiente. El 7 de mayo de aquel año, Vital secuestró un bus, que acababa el servicio en la Gineueta, y lo condujo hasta Torre Baró, donde fue recibido por numerosos vecinos, relató el año pasado al TOT Arnaldo Gil, el socio fundador del Archivo Histórico de Nou Barris.

El 47 es una película que dirigida por Marcel Barrena y protagonizada por el actor Eduard Fernández, en el papel de Vital. El reparto es de lujo y en el largometraje aparecen también Clara Segura, David Verdaguer, Carlos Cuevas, Zoe Bonafonte, Salva Reina, Aimar Vega y Vicente Romero. En palabras de Barrena, «es un homenaje a la clase obrera y a los hombres y mujeres que han construido nuestras ciudades», mientras que la productora, The Mediapro Studio, habla de la gesta de Vital como un acto de «disidencia pacífica y lucha social». En el largometraje salen diferentes localizaciones de la capital catalana, con emplazamientos de Torre Baró, el Ayuntamiento de Barcelona y la plaza de Catalunya.

El actor Eduard Fernández hace el papel de Manuel Vital a la película 'El 47' / ACN
El actor Eduard Fernández hace el papel de Manuel Vital en la película ‘El 47’ / ACN

Este hecho significó un antes y un después en el servicio de bus en Torre Baró. «Fue un hito en el imaginario colectivo del distrito», recordó Gil. En 1980, varias calles de Torre Baró fueron arregladas para permitir el paso de dos nuevas líneas: la 77 (Virrey Amat-Torre Baró) y el microbús 93 (Ciudad Meridiana-Torre Baró), escribió la periodista Laura de Andrés Creus en el TOT. Vital fue detenido en la calle de València y juzgado al día siguiente, acusado de secuestrar autobuses, y la amenaza de la empresa de despedirlo si se repetía aquel incidente.

Más buses secuestrados

De hecho, el secuestro del bus 47 no fue el único que tuvo lugar en los años 70 en Barcelona. El 26 de mayo de 1974, por ejemplo, un grupo de vecinos de Roquetes paró un bus de la línea 11 a la altura de la calle de Alcàntara. Se llenó de mujeres y niños, que obligaron al conductor a ir hasta las calles de Cantera y Briquets, en lo alto del barrio. Desde hacía tiempo, los residentes presionaban a la compañía Transportes de Barcelona para que prolongara las líneas 11, 31 y 47 hasta la calle Mina de la Ciutat. A pesar de que demostraron que los vehículos podían circular por aquellas calles empinadas, la compañía hizo caso omiso de las reivindicaciones. El vecindario secuestró más buses, y el 18 de julio del 1974, las líneas 11 y 112 continuaron su recorrido hasta el punto que pedía la ciudadanía.

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