El año 2026 será «histórico» para Fira de Barcelona. Así lo consideran sus principales dirigentes, el director general Constantí Serrallonga y el presidente del consejo de administración, Pau Relat. Tras cerrar un 2025 de récord -el cuarto año consecutivo de crecimiento para la entidad, que solo mira hacia arriba desde el final de la pandemia-, con una facturación de 350 millones de euros, el organismo ferial se lanza a renovar sus dos principales espacios, Gran Via y Montjuïc.
Según ha anunciado Serrallonga en la presentación de los resultados del curso de la entidad, entre marzo y junio del próximo curso comenzarán todas las fases de la intervención sobre el espacio de la avenida Maria Cristina, lo que obligará a mover la actividad durante un tiempo al pabellón Alfons XIII, al lado de las fuentes de Montjuïc. Las obras estarían finalizadas el año 2029, y permitirían inaugurar el espacio coincidiendo con el centenario de la Fira. Relat, además, elogia el proyecto de Montjuïc como un «único en el mundo», por su excepcional integración en el espacio urbano. De hecho, la actualización del recinto también abrirá la puerta a la construcción de 550 viviendas de protección oficial en la zona, así como equipamientos para dar servicio.

Gran Via y la «liga de los 300.000»
La segunda gran obra que acomete la Fira es la construcción del pabellón 0, la nueva instalación del recinto Gran Via, que servirá para dar espacio de crecimiento a algunos de los salones emblemáticos del recinto, como el ISE, Alimentaria o el MWC. Este espacio, según ha detallado Serrallonga, estará operativo el verano de 2027, entre junio y julio; y aportará un «salto cualitativo» de 60.000 metros cuadrados de superficie expositiva que llevará el recinto por encima de los 300.000 metros cuadrados. Esta nueva planta servirá para mirar cara a cara a instituciones como la Fira de Milán o el Centro de Convenciones de Frankfurt.
Normalidad con The District
De cara a 2026, uno de los cambios más destacados en la programación de Fira es la salida de The District, el polémico salón del gran capital inmobiliario, que anunció la semana pasada que daría el salto hacia Madrid a partir del próximo curso. Preguntado por el posible conflicto que habría generado la marcha del certamen, Serrallonga ha asegurado que los cambios de localización forman parte de la normalidad de este tipo de iniciativas; especialmente cuando buscan «nuevos públicos o congresistas». Collboni, por su parte, asegura que la ciudad «tiene dónde elegir» a la hora de buscar nuevos congresos, y desvela que ya hay alguna propuesta «innovadora» relacionada con la vivienda asequible que se está «valorando».
