La Sagrada Familia ha colocado esta semana la penúltima pieza de la torre de Jesucristo, que una vez terminada alcanzará los 172,5 metros de altura y convertirá el templo del arquitecto de Reus Antoni Gaudí en la construcción más alta de la trama urbana de Barcelona. El segundo elemento de la cruz de la torre principal, de seis caras octogonales y 16,5 toneladas, conectará los brazos con la cruz. Siguiendo el más puro estilo modernista de Gaudí, el núcleo de este tramo final de la torre presenta superficies de curvas con triángulos para lograr «transiciones suaves con los brazos», explican desde el templo.
El pasado 30 de octubre, la Sagrada Familia dio el primer paso con el brazo inferior de la cruz, de una altura de 7,25 metros y un peso de 24 toneladas. Este elemento llegó el pasado julio dividido en cuatro paneles y ha estado tres meses poniéndose al día con los vidrios y las obras interiores que lo decoran. Con los brazos y el núcleo instalados, el siguiente paso es instalar la cruz, que hará un total de 17 metros –como un edificio de cinco plantas– y 13,5 metros. Desde el templo se trabaja para que la cruz esté lista en el año 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Gaudí. La Sagrada Familia prepara una ceremonia solemne para la ocasión y ha invitado al papa León XIV a presidirla.
Hoy hemos colocado el núcleo de la cruz, que actuará como punto de unión de los cuatro brazos laterales. 🤩#SagradaFamília #Gaudí #Barcelona pic.twitter.com/wSqJcUAOl4
— La Sagrada Família (@sagradafamilia) November 7, 2025
¿Qué falta ahora para terminar la Sagrada Familia?
La torre de Jesucristo será la última de las 18 columnas que hacen singular la Sagrada Familia, que, en cambio, aún está lejos de terminarse. Las últimas previsiones de la Junta Constructora apuntan al 2036 como fecha para tener terminado el templo, si bien mantienen que es una previsión y no descartan en ningún caso que las fechas se alarguen aún más. Sea como sea, la llegada de la última torre es un paso significativo que cambiará la silueta urbana de la ciudad.
A partir de aquí, ¿qué quedará para terminar la Sagrada Familia? En estos momentos, mientras el foco mediático se concentra en la última torre, los operarios también trabajan en los cimientos del futuro Baptisterio –la capilla donde se celebran los bautizos– y se está completando la fachada de la capilla de la Asunción, detrás del ábside, en paralelo a la calle de Provenza. Por otro lado, han comenzado los trabajos de restauración en la fachada del Nacimiento, la única que vio Gaudí, al lado de la calle de Marina.

Una vez completadas todas estas obras, la Sagrada Familia pondrá el foco en la fachada de la Gloria, un «elemento crucial del proyecto» que se enfrenta a reticencias vecinales. «Su diseño y construcción son especialmente complejos debido a la necesidad de integrarla con los edificios circundantes de la calle Mallorca», asumen públicamente los dirigentes de la construcción, que no descartan que el proyecto termine en los tribunales.
Esta fachada, que da a la calle de Mallorca, acogerá la entrada principal de la iglesia y el proyecto original cuenta con una escalinata que obliga a desalojar a cientos de vecinos que viven en frente. El Ayuntamiento de Barcelona y la Junta Constructora están trabajando para minimizar los desalojos, pero cuentan con la oposición frontal de los afectados, que piden poder sentarse a la mesa de negociación.
Menos polémica, pero igualmente importante, es la construcción de la Sacristía, que será el último elemento que se trabajará porque actualmente es una de las entradas más importantes y actúa a la vez como almacén de materiales.
