El vecindario de Sarrià está de enhorabuena. La despedida del centenario Forn Sarrià -que bajó la persiana el pasado 20 de septiembre después de una trayectoria que se remontaba a 1904 bajo el nombre de Can Brufau– había dejado la calle Mayor de Sarrià sin ninguna de sus panaderías artesanales históricas. La familia Aranda había tomado el relevo del establecimiento ubicado en el número 100 de esta arteria del barrio barcelonés hace más de medio siglo y hasta entonces estaba en manos de la segunda generación de la saga, que decidió cerrar por el «ritmo de trabajo insostenible» y la dificultad de encontrar panaderos que ayudaran a continuar con la actividad.
El cierre del horno fue muy llorado en una zona también muy afectada por la pérdida de los comercios de toda la vida. A pesar de ser un comercio con más de un siglo de vida, el Forn Sarrià no formaba parte de la ruta de establecimientos emblemáticos de la ciudad, que el Ayuntamiento elaboró en 2016. La situación de este local, sin embargo, ha dado un giro de 180 grados esta semana, cuando hemos conocido que el negocio tendrá una nueva vida de la mano de un obrador del Bages. Según ha avanzado el Regió 7, el Forn Sarrià reabrirá próximamente gracias al bagenc Forn de Cabrianes, una empresa familiar fundada en 1933 por Felip Abadal y Rosa Genescà que cuenta ya con 38 sedes. La mayoría de sus establecimientos están ubicados en el Bages, aunque también tienen locales en l’Anoia, el Vallès Occidental y el Baix Llobregat.
Trayectoria contrastada y premiada
Hasta ahora, sin embargo, no tenían presencia en la capital catalana. Con la adquisición del Forn Sarrià, pues, aterrizan por primera vez en la ciudad dispuestos a ocupar el lugar dejado por el negocio de la familia Aranda aportando el músculo financiero y de recursos propio de un gran grupo de obradores. Lo hacen, además, justo después de ser reconocidos con el Premio Nacional de Comercio que otorga la Generalitat.
